Cada 25 de mayo, conmemoramos el nacimiento de una patria libre, cuando en 1810 se encendió la llama revolucionaria en el corazón del pueblo. Aquella gesta no fue obra de unos pocos, sino el resultado de la unidad, la organización y la resistencia de un pueblo que decidió dejar atrás las cadenas de la opresión.
Hoy, a más de dos siglos de aquel primer grito de libertad, desde AMSAFE recuperamos ese legado y lo proyectamos en nuestras luchas cotidianas. Como trabajadores y trabajadoras de la educación, sabemos que los derechos no se conceden: se conquistan colectivamente. En cada paro, en cada marcha, en cada espacio de debate, reafirmamos que solo con unidad podemos hacer frente a las políticas que intentan desmantelar la educación pública.
Nuestra organización sindical, con 97 años de vida, construida desde las escuelas y con el protagonismo de las y los docentes, es heredera de esa historia de lucha. Resistimos los embates del ajuste, las amenazas a nuestros derechos y la desvalorización de nuestro trabajo, con la misma convicción que animó a aquel pueblo que en 1810 decidió alzarse para cambiar su destino.
Este 25 de mayo, entonces, no es solo una fecha del calendario. Es un recordatorio de que la libertad, la justicia y la dignidad se construyen día a día, en las aulas, en las calles, en cada gesto de solidaridad y compromiso. Desde AMSAFE, seguimos el camino de quienes soñaron con un país más justo, sabiendo que la lucha continúa y que solo con el pueblo organizado seremos verdaderamente libres.
Prensa AMSAFE La Capital